Ezequiel Teodoro desarrolla parte de su primera novela en escenarios ribereños

[ Por confusión se nos menta en este artículo y me ha parecido curioso insertarlo en el blog]

Ribera - 27/04/2011 - Cultura / Literatura

El periodista ceutí acaba de publicar 'El manuscrito de Avicena', un thriller cuyo desenlace tiene lugar en la localidad de Valdeande


Ezequiel Teodoro aprovechó la Semana Santa para acercarse a presentar la obra a los valdeandinos.
DB
J.C.O. / Aranda
El halo de misterio que rodea a la localidad de Valdeande, que con pasión ha logrado transmitir José Alfonso Hernando a través de la web Valdeande mágico, sedujo al periodista ceutí Ezequiel Teodoro que, en su búsqueda de un lugar de la mitad norte de España que en la Edad Media estuviera libre de la ocupación árabe, eligió este pequeño municipio ribereño para desarrollar parte de su primera novela, El manuscrito de Avicena.
El escritor, asesor de comunicación en el Ministerio de Fomento, acaba de publicar con Entrelíneas un prometedora obra que se desarrolla en dos planos temporales y prácticamente son casi dos novelas en una. Una vertiginosa aventura a través de los siglos protagonizada por cruzados, masones, espías y terroristas.
Se trata de un relato que mezcla la novela histórica y la policiaca con la lucha antiterrorista y la búsqueda para perpetuarse y encontrar la manera de vivir eternamente como telones de fondo. «Es un thriller con todos los elementos típicos del género», apunta el autor, que en Semana Santa presentó la obra a los valdeandinos.
La sinopsis versa sobre un médico español que tiene que recorrer prácticamente toda Europa para rescatar a su mujer, una científica secuestrada por Al-Qaeda mientras investigaba un manuscrito milenario. El segundo plano temporal es la historia de su autor, el médico persa Avicena, y de la trayectoria del propio manuscrito, su obra más brillante y peligrosa, que aparecerá en Jerusalén y más tarde, en el siglo XIX, en Burgos.
«Navegando por internet encontré Vadocondes en una página que explica muchos hallazgos relacionados con los templarios, los celtas... Reunía todos los misterios posibles: origen desconocido con distintas hipótesis, hallazgos históricos de procedencia dudosa, posible presencia de templarios... Encontré muchas posibilidades de utilizar este pueblo porque todavía tiene muchos milagros por descubrir», explica Teodoro.
Una visita al pueblo, y en especial a la bella y original iglesia de San Pedro Apóstol, le terminó por convencer y le llevó a utilizar muchos de sus elementos en el relato. «Quien lea la novela y conozca el pueblo encontrará similitudes. Y quien no conozca el pueblo, quizás hasta le entren ganas de venir a conocerlo», apunta.

Premonitoria

Durante la presentación el autor puso de manifiesto que hasta tal punto todo lo que rodea a este municipio es misterioso, que ese halo mágico ha impregnado la novela, haciéndola una obra premonitoria. Explica que cuando visitó el pueblo encontró una torre en perfectas condiciones. Pese a ello en la novela reflejó que debía ser inaccesible y hace más o menos un año, cuando la obra ya estaba acabada, se produjo el incendio y desplome de la escalera. «¿Premonición? ¿Coincidencia?», inquiere el autor, dejando libre la interpretación.  

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